Tanto a través de pensamientos como de manera verbal las personas proyectamos y expresamos continuamente cómo nos vemos, qué opinión tenemos sobre lo que realizamos, sentimos, decidimos, somos… pero ¿cómo solemos hablarnos? ¿de un modo que favorece el desarrollo de nuestra autoestima? ¿o más bien infravalorándonos?
Los últimos descubrimientos en neuropsicología indican que el subconsciente es un potente ordenador en alerta continua: graba, cree y utiliza después todo lo que almacena, ya sean vivencias reales, sentimientos y emociones, opiniones, halagos, críticas, y también aquello que pensamos o decimos sobre nosotros mismos. Por ello cuando resaltamos y valoramos nuestras cualidades o afirmamos que, si trabajamos a tal fin, seremos capaces de alcanzar lo que nos proponemos, el subconsciente lo escucha, memoriza y cree; impulsa así nuestra autoconfianza y nos ayuda a crecer adecuadamente. Ante tareas y retos concretos tirará además de memoria y sacará a la luz esas muestras de visión positiva que hemos ido generando y almacenando; ellas harán que ofrezcamos nuestra mejor versión y tengamos más posibilidades de conseguir los resultados deseados.

Cuando, por el contrario, ignoramos o negamos nuestras capacidades y habilidades, afirmamos que no valemos tanto como otras personas o que, a pesar de la dedicación y el esfuerzo, no seremos capaces de alcanzar nuestros propósitos, el subconsciente así lo grabará y creerá, haciendo aflorar esas dudas y falta de confianza y dificultando la consecución de objetivos en momentos determinados.
Estas evidencias científicas subrayan la necesidad de cuidar los pensamientos y palabras con los que nos dirigimos a nosotros mismos; el subconsciente nos lo recompensará con una cascada de beneficios y efectos positivos en los distintos órdenes de la vida. Los avances son también un importante toque de atención para padres y profesores dada la enorme responsabilidad que conllevan las relaciones y comunicación con nuestros hijos y alumnos: si nuestros mensajes y palabras los emponderan, celebran la diversidad, respetan su individualidad, ponen en valor sus cualidades y los guían para que sean conscientes del potencial que poseen, ellos mejorarán su percepción de sí mismos y afrontarán los retos diarios con optimismo, confianza y mayores posibilidades de éxito.
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