Una de las obras más emblemáticas del universal escritor inglés Charles Dickens es A Christmas Carol, en castellano, “Canción de Navidad”. Ambientada en el Londres victoriano de mediados del siglo XIX, su protagonista es Ebenezer Scrooge, un hombre mayor, soltero, cascarrabias y gruñón, que posee una gran fortuna; sin embargo, es muy avaro y se niega a auxiliar en forma alguna a sus semejantes. Trata, además, muy mal a su sobrino, la única familia que le queda, y las condiciones laborales del empleado que tiene en su negocio son pésimas. Al llegar la Navidad se muestra aún más ruin en sus relaciones con los demás y se enoja muchísimo ya que no entiende cómo la gente, sin disponer de lo indispensable para alimentarse y sobrevivir, se siente feliz en esa señalada festividad.
Una Nochebuena, no obstante, Scrooge recibe la visita de cuatro fantasmas; primero, el espectro de Marley, su antiguo socio, fallecido algunos años antes, quien le anuncia la llegada de los tres restantes y le advierte de la importancia de estar atento a las palabras y enseñanzas que le van a transmitir. Tras su marcha, son los fantasmas de las Navidades pasadas, las Navidades presentes y las Navidades futuras, quienes se presentan ante Ebenezer y lo acompañan en tres viajes en el tiempo. Lo conducen a diversos sitios, y tiene la oportunidad de recordar episodios importantes en su vida -algunos alegres y felices, otros, por el contrario, desdichados e incluso trágicos, como su propio fallecimiento y lo poco que su muerte significa para los demás-, así como de reencontrarse con familiares, amigos y conocidos.
La experiencia hace que Scrooge se dé cuenta de cuántas veces se ha equivocado a lo largo de los años, siempre por primar los beneficios monetarios sobre el bienestar de aquellos con quienes convive. Cuando amanece el día de Navidad, y ya de vuelta en su casa, Ebenezer es una persona distinta, deseosa de resarcir todos los daños y malas acciones que ha llevado a cabo en el pasado; agradece y se alegra de que se le haya regalado el inicio de una nueva vida, en la que puede disfrutar de la presencia y compañía de las personas que le rodean, y aprovechar su riqueza para ayudar tanto a ellas como a muchas más con diferentes necesidades en la ciudad donde vive. Al salir a la calle felicita efusivamente la Navidad a aquellos con los que se cruza y siente, entonces sí, que ha descubierto el auténtico espíritu de esta festividad.

A Christmas Carol es probablemente la historia navideña más popular y querida; desde su publicación cada generación se ha emocionado con sus personajes y trama, y se han realizado numerosísimas versiones, por ejemplo, cinematográficas y animadas. Si nos preguntásemos por qué esa trascendencia, la respuesta habría que encontrarla en que es una novela que nos apela a sacar fuera lo que nos hace buenas personas, para así convertir el pequeño mundo donde cada cual habita en un lugar más humano y solidario: un mensaje de especial vigencia en las entrañables fiestas que se acercan, aunque sin duda deberíamos tener presente a lo largo de todo el año. Que la llegada de Jesús Niño nos ilumine e inspire a ser sembradores de fraternidad, esperanza e ilusión. ¡Feliz Navidad!
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