Simon se movió con rapidez y no tardó mucho en lograrlo: partido del Chelsea en su flamante estadio de Stamford Bridge; se disputaría el segundo sábado de febrero. A renglón seguido se adquirieron los billetes de avión y se reservó el hotel; todo quedaba planificado con casi dos meses de antelación.
Desde su adolescencia Alfonso se sentía atraído por la liturgia del fútbol en Inglaterra; le fascinaban la fe y el fervor que los aficionados profesan a sus equipos; cómo los días de partido peregrinan en familia hacia los campos de juego, y ya en las gradas, envueltos en camisetas, bufandas y banderas, animan y cantan sin descanso, fortaleciendo, en comunión con los demás, sus lazos de pertenencia al club y a la comunidad.
“Acaban de modificar la fecha del partido. Se jugará el lunes siguiente por la tarde noche. ¿Tenéis ya el vuelo?” Eran las palabras de Jen. Lamentablemente no había posibilidad alguna de cambiar la reserva: el viaje sería en los días ya programados, así que había que conseguir entradas para otro encuentro. Dado el número de equipos londinenses en la competición quizá hubiese suerte.
Nada más lejos de la realidad: Simon probó con los combinados que jugarían en casa ese fin de semana, pero todo estaba vendido. Por qué no uno de segunda división: por distintas razones -creía firmemente- sería el mejor modo de saborear la esencia del fútbol inglés más auténtico, el que todavía conserva las raíces de antaño. “Las tenemos; irá al oeste de la ciudad, a Griffin Park, el único estadio del país que se precia de tener un pub en cada una de sus cuatro esquinas”, nos dijo.
Allí Alfonso fue un seguidor más de ‘las abejas’. En el tradicional horario de mediodía, con lluvia y frío notable, se tomó unas pintas e incluso saludó a algunos de los jugadores locales a su llegada al campo. Ya en la tribuna, al son de los acordes de ‘Hey Jude’, sentado junto a María del Mar y rodeado de historia viva del Brentford, su presencia irradió y contagió tal ilusión que esa jornada se inició el trayecto que lo ha llevado a la categoría reina tras setenta y cuatro años de espera.

Griffin Park fue el hogar del Brentford Football Club durante 116 años.
Desde esta pasada temporada 2020-2021 juega en su nuevo campo,
Brentford Community Stadium.
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