Todos los meses de Febrero nuestro colegio colabora con la campaña de “Manos Unidas” en Sanlúcar la Mayor, encaminada a la recaudación de fondos para financiar un proyecto de desarrollo en un lugar del tercer mundo. Estos días siempre se aprovechan para que la comunidad educativa reflexione sobre las enormes desigualdades socioeconómicas que existen no solo entre países diferentes, sino también entre segmentos de población que viven en el mismo, algo que, desafortunadamente, cada vez ocurre con más frecuencia en sociedades avanzadas como la nuestra. Es, además, una conexión diáfana con el espíritu y el carisma de nuestros fundadores, Celia Spínola y Marcelo Spínola, quienes pusieron a los más desfavorecidos en el lugar primordial del alcance de sus medidas y proyectos.

Este año, debido a la situación creada por la pandemia, nos vemos obligados a introducir cambios importantes respecto a lo que suele ser habitual. El más notable es que no podremos realizar ni la tradicional actividad del bocadillo solidario, un mediodía, ni la del desayuno andaluz, éste ya el último día lectivo del mes. Ello hace que el resto de iniciativas adquiera mayor relevancia a fin de poder obtener una cantidad de dinero que resulte significativa en el total conseguido por la organización local de “Manos Unidas”. A tal fin se realizará el sorteo de algunos artículos que a priori son atractivos para los chicos, como camisetas de equipos deportivos y dispositivos tecnológicos; se venderán también productos de merchandising de la ONG: pulseras, bolígrafos, cuadernos, etc; habrá una tarde de cine solidario, en la que los diferentes ciclos y etapas educativas del centro verán películas que recojan valores educativos; por último, la colaboración de las familias con la aportación en sobres sí será del mismo modo que siempre.
Desde una perspectiva económica, participar en iniciativas de esta índole es aún más urgente en una coyuntura tan complicada como la actual, dado que la pandemia ha agudizado las dificultades que millones de personas afrontan para tener condiciones de vida dignas en demasiados lugares, algunos, lejanos a nosotros, otros, muy, muy cercanos. En una esfera estrictamente educativa, así lo afirman los expertos, favorecer que nuestros hijos y alumnos tomen consciencia de estas realidades de injusticia, adopten posturas activas frente a ellas, y desarrollen valores como la solidaridad, la empatía o la colaboración tiene hoy día la misma importancia que ayudarles a adquirir una buena formación académica, puesto que ésas son las cualidades que la sociedad que viene va a demandar a sus ciudadanos y profesionales.
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